En algún lugar de los vastos arenales
de Marte hay un cristal muy pequeño y muy extraño.
Si alzas el cristal y miras
a través de él, verás el hueso detrás de tu ojo, y más adentro luces que se
encienden y se apagan, luces enfermas que no consiguen arder, son tus
pensamientos. Si oprimes entonces el cristal en el sentido del eje medio, tus
pensamientos adquirirán claridad y justeza deslumbrantes, descubrirás de un
golpe la clave del Universo todo, sabrás por fin contestar hasta el último porqué.
En algún lugar de Marte se halla ese
cristal. Para encontrarlo hay que examinar grano por grano los inacabables
arenales. Sabemos también que, cuando lo encontremos y tratemos de recogerlo,
el cristal se disgregará, sólo nos quedará un poco de polvo entre los dedos.
Sabemos todo eso, pero lo buscamos igual.
Héctor G. Oesterheld
Moira Sonpotss
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