jueves, 2 de febrero de 2012

Maga I


En (ella) plasmaba la imagen del camino hacia la libertad individual, el mapa que lo llevaría a descubrir un nuevo dogma personal, específico y dispar; una nueva vida, inédita, imposible de articularla con la realidad. Hallaba en su amor el enriquecimiento más alto, un dador de ser, armonía... libertad, liberarse, saberse sin ataduras al eje ético, moral y ortodoxo de la sociedad y del mundo terrestre; saberse más allá de los compromisos personales, del idola fori; más allá del raciocinio, de la encrucijada. Dejó de percibirla como un objeto perdido, de tomarla como insulsa materia viva y ordinaria, como costal de sentimientos e ideas... la ha renombrado para recibirla a manera de salvación; le concede una significación metafísica, casi una respuesta patafísica, la transforma en el reflejo de una reunión que los sobrepasa a ellos mismos y así mismo los eleva hasta el último peldaño, hasta la cima del juego... el final, el cielo de la Rayuela. 



Ophelia

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"Crepúsculo incesante y candente lleno de espectros y sombras resentidas porque la tarde fue seducida por aquel desvanecimiento infame conducido a través del insondable amanecer..."