viernes, 6 de enero de 2012

Grande de Muzzarella

Gracias Fiodor, por tu gran fuente de inspiración.


Corrí a casa de Aliocha. Vivía en la pequeña Moskaia. Aliocha ocupaba dos hermosas habitaciones. Sólo había ido yo una vez a visitarle. Ella, en cambio, había venido muchas veces a mi casa, sobre todo en los comienzos. Los borrachos traicionan algunas veces su pensamiento. Yo soy un ruso auténtico, me gusta abrir el corazón y opino que hay que saber aprovechar la ocasión y la vida. Aliocha me ha suplicado que no la abandone. Parecía una loca. Se había puesto un sombrero y un abrigo. Días más tarde me dijo que no sabía dónde quería ir ni qué hacer.
Experimentalo.

Musa Enferma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

"Crepúsculo incesante y candente lleno de espectros y sombras resentidas porque la tarde fue seducida por aquel desvanecimiento infame conducido a través del insondable amanecer..."