Lo que pasa es que quiero gritarte que todo da lo mismo de una forma
tan descomunalmente odiosa, tan crucificada de espanto
que me ahorca la garganta
y despues lo de todos los días, esas arcadas
de pájaros desesperados que salen al vuelo y huyen de mi.
Vuelta a amarrarme a estas tardes grisáceas de caminatas insulsas
mientras las sonrisas se deshacen en un líquido pegajoso y repugnante
que dibuja senderos en el piso de vuelta hasta mi
Las arcadas desencajadas me desencajan
y vuelvo a barbotear pajaros raquíticos, cuasiformes, defectuosos
pero que aun asi quieren volar con ansia desgarrada de cielo.
nerina
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